sábado, 12 de febrero de 2011

Extensiones de garantía y seguros de transporte.



Cada vez veo más y más, tanto cuando voy a hacer una compra como en ofertas publicitarias, que se ofrece a los posibles compradores la opción de ampliar la garantía de sus productos abonando "ciertas cantidades". También, en las compras por catálogo o internet, se ofrecen seguros por si al paquete, o más bien a su contenido, le sucediese "algo" durante el transporte.

Me voy a retrotraer a una experiencia que tuve hace unos años, 4 más o menos, con Correos. Mi hermano me envió por certificado unas películas de DVD originales, lo aclaro para que la Ministra se quede tranquila, desde Canarias. Cuando me llegó el paquete de las tres cajas de DVD una tenía una de las esquinas totalmente destrozada, como si alguien le hubiese dado un pisotón. Acudí a la oficina de Correos a reclamar una compensación y se me dijo que ellos no se hacían responsables de los contenidos de los paquetes. Como sabía que eso no era así, y menos tratándose de un envío certificado, cogí uno de los impresos que se deben rellenar para enviar certificados y cité a la señorita que me atendió lo siguiente del glosario de condiciones: "La pérdida, extravío o deterioro de un envío certificado da derecho a una indemnización fija, determinada según tarifas, constituyéndose ésta como límite de responsabilidad para Correos". Ante la negativa decidí pedir una hoja de reclamaciones. Recibí, tiempo después, una carta negándome todo tipo de compensación por lo sucedido pero, eso sí, en un tono muy amable. En los envíos certificados también se puede solicitar un seguro. El caso es que desde mi experiencia personal me siento coaccionado: o pagas un seguro o te rompo el paquete "sin querer".

En compras de aparatos de electrónica es común que ofrezcan extensiones de garantía. Yo me pregunto: ¿si no compro tres o cinco años de garantía me vais a dar un producto que durará 2 años justitos? Más que nada lo pienso porque mi anterior cámara Fuji dejó de funcionar repentinamente a los 25 meses de comprarla y el caso es que no compré la dichosa extensión que me ofrecieron.

En una entrada reciente os hablaba de una compra que hice en andorrafreemarket.com en la que acepté un seguro de 1€ por si al contenido del paquete le sucedía algún desgraciado accidente. Pensé: "Por un euro... me curo de espantos" A día de hoy, siendo honesto conmigo mismo y de paso con todos vosotr@s, me doy cuenta de que realmente mi reflexión fue esta: "Déjate, déjate... por un euro me aseguro de que ponen empeño en que todo llegue bien." No me preocupaba una eventualidad si no la dejadez o mala intención de las personas a las que les estaba comprando.

En mi opinión el hecho de que ofrezcas un seguro para un transporte no hace más que evidenciar lo penoso que es tu servicio de transporte. Se sobreentiende que si contrato un servicio para que transporte un paquete del punto A al punto B es para que éste llegue al punto B tal y como lo entregué en el punto A. Lo mismo para ofrecer una extensión de garantía de producto, si compro un artículo de 2000€ se sobreetiende que no se estropeará a la primera de cambio. Si aceptamos como normal que nos cobren una cantidad X por asegurar que un objetivo no dejará de funcionar a los 731 días llegará el extremo en que no nos cubran ningún tipo de avería desde el momento de la compra si no pagamos a parte la garantía.

No sé que opinaréis, es una reflexión que me ha venido viendo donde comprar una impresora. Nos vemos

2 comentarios:

  1. Hola, Miguel.

    Tu reflexión va en dos líneas.

    -. Seguro para el Transporte desde tienda a particular.
    -. Segurso sobre el valor del producto por su vida útil.

    Pero creo que a lo que nos lleva esto es a una reflexión que para mí va un poco más allá. Si de entre las personas (mujeres/hombres, también las hay jurídicas) todos fueramos honestos, no harían falta leyes/normas que regularan nuestras relaciones contractuales. Thomas Hobbes ya dijo que "el hombre es el lobo del hombre".

    Los seguros son un poco más de lo mismo. En el caso del transporte no lo veo mal, porque cuando manejas grandes volumenes de mercancias fácilmente en el "itinerario" puede producirse un fatal accidente de forma totalmente involuntaria, y con esta opción tenemos el problema resuelto.

    Lo que ya me parece un abuso son las extensiones de garantía de los productos que compramos, ya que debería ser al revés, si antes de un tiempo (con un uso correcto de "la cosa") se estropease deberían sustituirlo o arreglarlo de forma gratuita respondiendo de los vicios ocultos..

    Lo que pasa es que estamos en una sociedad anestesida, que deja que la pisotean, que le "miccionen/defequen" por encima y no pase absolutamente nada.

    ¿Será que nos merecemos lo que tenemos? ¿por qué no hay lucha contra las grandes compañías?

    Que bien adiestrados nos tienen los gobiernos y los poderes fácticos que los vigilan y manejan dando "pan y circo" al populacho por la televisión y otros medios de comunicación..... desviando nuestra atención de las decisiones/regulamentaciones importantes y que nos afectan de forma directa y a diario.

    Saludos y apertas desde Galicia.

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  2. Hola Julio.

    En tu comentario has apuntado precisamente al trasfondo de mi reflexión al mencionar a Hobbes. El problema es la honradez tanto por parte del vendedor como del comprador pues la picaresca existe en ambos lados.

    No estamos de acuerdo en cuanto al seguro de transporte. Pienso que al igual que del producto tenemos una espectativa de funcionamiento atendiendo a la calidad y al tiempo, en cuanto al transporte, debemos asumir como básico que el hecho de aceptar efectuar el transporte de un objeto convierta el responsabilizarse de la integridad del objeto en condición sinecuanum para llegar a un acuerdo. De manera básica, no como un extra. Imagina que entras en un bar, pides un refresco y el camarero te ofrece un vaso limpio para tu consumición por 1€ más, que sino, no te promete que el vaso esté limpio o incluso que te lo lleve.

    Nos vemos.

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